Hoy me entero de la muerte de Bernardo y el dolor me atraganta
en lo más profundo de mí ser. Éste gran HOMBRE, tenía pendiente conmigo una
entrevista de TV concerniente a los momentos actuales: social-económico. En un
par de ocasiones suspendió susodicha entrevista
por coincidir con la quimioterapia. Yo,
tenía la esperanza certera poder tener ante mi a Bernardo, impartiendo con su
humanidad y templanza todas las preguntas que le mandé en mi guión (éste
perdido en la nada)
Bernardo, fue y será para muchos, el hombre bueno y
arriesgado, cuando el país era un tren sin andén y con el gran humo de la dictadura. Bernardo, ya tenía
vías posicionadas: sus jornadas de equidad, posicionando el proyecto cristiano
en la insignia de los que como él trazaban caminos amplios y con árboles en
fruto. Bernardo era y será en mi recuerdo un ser entrañable, un mecenas con
firma de cristiano de los que dejan huella.
Mi querido amigo en la distancia de hoy, quizás en mi
momento (cuando yo también me vaya) me abras
la puerta del Cielo y me lleves a la sala del purgatorio, para redimir mis
malos hechos en mi vida. Sé, e intuyo que cuando me aposente en el purgatorio,
tú me tendrás seleccionada la silla más próxima a la puerta, para cuando me
llamen salga pronto y me presentes al Ser Supremo: Dios nuestro Padre, que sé y
casi apuesto tú ya estás con Él, redimido y en su aposento.
Mi querido Bernardo, te dejo el abrazo que no te he podido
dar en nuestra cita, ahora en forma de oración para que llegue a tu alma.
R.I.P
Por el hombre bueno: Bernardo.