
Desperté, evocando
a
las
adelfas tristes de mi invierno;
suavidad de hojas, adoleciendo
el sol cálido y las caricias de tus manos.
El cauce rutinante
desnudo amargo y seco
en mis noches desoladas
enmuden mis labios;
miro en la oscuridad de la desdicha
y
alumbro el ciego latido de mi corazón lacerado.
A lo lejos. el horizonte
besa la proximidad
perdiéndose en mis lágrimas
la irresistible despedida de un triste adiós.
¡Desvanezco al gran sueño de mi letargo!...
Desperté, evocando
a
las
adelfas tristes de mi invierno
para
reflorecer
en mi
mejor
primavera.
Poema y foto composición: Rosa María Milleiro