Dejé de ser árbol...
Reposé mi madera
en la inacción de la decadencia.
Los troncos partidos
esperan las llamas
del horno y el olvido.
Allá en la fuente del recuerdo
brotan en mis ramas
las hojas caídas
en otoño quebrado,
el canto del pájaro
buscando su nido...
Dejé de ser árbol
añorando la primavera
y
renaciendo en mis ramas quebradas
hojas verdes
y
esperanzas al vuelo.
Dejé de ser árbol...
El humo confirma
mi último revoloteo
en pos del recuerdo.
Todos, algún día, dejaremos de ser árbol, Rosa María, pero tú, aún no, aún son verdes y brillantes tus ramas. Vendrá el otoño, sí, se nos caerán las hojas, pero, más adelante...
ResponderEliminarBesos. María.
Metafóricamente nos recordás el miedo que le tenemos a la muerte (aunque algunos no lo confiecen). Me gustó mucho.
ResponderEliminarUn beso argentino
Anónimo dijo...
ResponderEliminarRosa te diré que soy un lector constante de tus poesías, las cuales leo y mastico ensalivando mis pupilas de la belleza colmada en la energía de la palabra escrita bañada de sentimientos y grandeza. Por mi hermana sé que eres una persona muy querida en la ciudad donde nací; mi Ferroliño. También te diré que te sigo por interner con el programa que haces de medicina en televisión. Eres una gran profesional de los medios de comunicación.
Te felicito guapísima.
Mi admiración y cariño desde Melilla. Carlos Delgado Rivas.
Gracias por invitarme a tu blog. Es un regalo del cielo.
ResponderEliminarMe quedo para seguir leyéndote.
Mil gracias.
Un bico
Rosa María,este poema es una maravilla..Te identificas con esos troncos apilados,que un día fueron árbol y dieron sombra,abrigo,fruto y su madera..
ResponderEliminarBello homenaje,que lleva implícita la idea de muerte..Sin embargo ese humo que asciende..quiero pensar que es un presagio de VIDA..!!
Mi felicitación y mi abrazo grande..
M.Jesús
P_D:A veces tardo,pero vendré siempre..!
Hola María Bote: Detrás de cada otoño ocre, siempre renace el verde de la primavera. Todos debemos de sembrar para la recolección del fruto...ahí nos corresponde a cada uno abrir las ilusiones en cada nuevo amanecer.
ResponderEliminarUn fuerte abraciño,
Rosa María
Amiga Flor de Ceibo: Temer a la muerte es olvidarse de vivir. La muerte es la ventana abierta para disfrutar del nuevo amanecer de cada día.
ResponderEliminarUn abraciño desde mi Galicia Tierra de fraternidad y amistad.
Rosa María
Hola Carlos: Te agredezco seas lector de mi blog , así como de mis poemas. Lo de ser querida en mi ciudad(Ferrol) es algo recíproco, dado que yo también les quiero y comparto con ellos todos mis logros profesionales y casi personales.
ResponderEliminarGracias por seguir mi programa de TV desde Melilla.
Un abraciño,
Rosa María
Mar, me alegra verte por mi blog y compartir opiniones de poesía.
ResponderEliminarBesiños,
Rosa María
Mi querida amiga María Jesús: El humo es la continuidad de las ilusiones postradas en la esperanza del sueño eterno; se expande, se eleva
ResponderEliminary una vez perdido en el tiempo, duerme la tranquilidad de los elegidos.
Besiños,
Rosa Maria
Es tan sabia la naturaleza que dejamos de ser árbol para transformarnos en otoños quebrados pero el canto de los pájaros despiertan nuevos brotes de primavera con verdes voces de esperanza...
ResponderEliminarHermoso, delicado, exquisito.
Saludos
Otoño
La naturaleza es sabia siempre. Los ciegos, sordos y necios son los que no quieren prestar atención al grito del amor, responsabilidad y cordialidad.
ResponderEliminarSi somos buenos árboles, tendremos buen fruto y mejor humo.
Besiños,
Rosa María