Que bella composición acompaña tu poema. Deja ver la sutileza con las que podemos llegar a mirar las cosas, crear arte, belleza, un mundo mas hermoso en el que habitar; tal vez por eso nos lleva en ocasiones a que nuestra piel de mujer reciba heridas de incomprensión, heridas que tocan el alma y el corazón. El alma divina de Dios habita en el eterno femenino. Un placer leerte querida Rosa María. La Tormenta perfecta te ha inspirado, o tal vez el radiante sol del día después. Te abrazo con cariño Ro
Que bella composición acompaña tu poema.
ResponderEliminarDeja ver la sutileza con las que podemos llegar a mirar las cosas, crear arte, belleza, un mundo mas hermoso en el que habitar; tal vez por eso nos lleva en ocasiones a que nuestra piel de mujer reciba heridas de incomprensión, heridas que tocan el alma y el corazón.
El alma divina de Dios habita en el eterno femenino.
Un placer leerte querida Rosa María.
La Tormenta perfecta te ha inspirado, o tal vez el radiante sol del día después.
Te abrazo con cariño
Ro
Gracias amiga Ro, siempre tienes algún alegato
ResponderEliminarque me hace sentir comprendida.
Un fuerte abrazo,
Rosa María